Cuando las redes sociales se convierten en formadores de opinión y no siempre resultan bien

Pensar que las redes sociales en el año 2018 son un pasatiempo inofensivo que utilizan algunas personas que manejan tecnología es absurdo. Y más cuando se calcula que en el mundo casi el 41% de la población utiliza alguna red social. Es una cantidad de personas interesante. Pero, repasemos algo sobre las redes sociales y su finalidad.

Cuando llega Facebook, rápidamente se convierte en una herramienta para vínculos sociales a gran escala donde una persona podía alardear de todo lo maravillosa que es su vida seguido por “amigos” a quienes nunca en la vida tal vez llegue a conocer. Más tarde, la misma red se convertiría en una alternativa económica para nuevos emprendedores que podían tener presencia en la red sin abonar costosos diseños de página web ni servidores ni hosting, etc. Entonces mucha gente se incorporó a la red social Facebook y la convirtieron en un suculento negocio. Hoy día, hay otras redes como Youtube, Twitter, Linkedin, y la poderosa Instagram.

En ellas compartimos nuestra intimidad, nuestras posesiones materiales, nuestros momentos familiares más íntimos, nuestros cuerpos, y hasta los lugares donde veraneamos.

Y tanta interacción de personas en las mismas, llamó instantáneamente la atención de los políticos, los profesionales y los estados. Tanto flujo de opiniones, de actividad, de promoción, de intercambio de ideas, no podía quedar fuera de la estrategia de comunicación.

Incluso, algunos candidatos presentan como un éxito la cantidad de seguidores que tienen en sus redes y prácticamente han dejado en mano de las redes sociales gran parte de su sistema de comunicación.

Obvio, es barato, o mas o menos algo mas barato que un medio de comunicación convencional, a no ser porque la mayoría de estos personajes invierten fuertes sumas de dinero en promoción de sus publicaciones, diseños, y un batallón de personas que se dedican a trabajar de “social media”.

Ahora bien, ¿qué tan efectiva es la comunicación a través de una red social?, básicamente la respuesta sería: confusa.

El resultado es tan intangible como predecir el clima meteorológico para dentro de 15 días. ¿Y esto a que se debe? Al flujo de información que circula por las redes y la desinformación que producen opiniones sin fundamento, afinidades políticas o versiones no chequeadas que muchas veces se convierten en extrañas “verdades”.

Pensar que una red social es un reflejo de la realidad y afinidad de las ideas y difusión de las mismas con una gran llegada al receptor del mensaje, es no comprender que la red social no es del todo confiable, no porque la comunicación no se haya hecho de manera correcta sino porque la red social es para otra cosa.

Veamos un ejemplo simple. Subo una foto de una torta de cumpleaños a mi Facebook y escribo que el día tal, realizaré una fiesta de cumpleaños. Al instante recibo cientos de “Likes” y acto seguido mis amigos clickean “Asistiré”. Si tengo mas de mil amigos de Facebook, tendré que comprar grandes cantidades de comida y bebida, porque casi 700 han dicho que vendrán a mi evento.

Llega el día, y solo vienen mis familiares y amigos de toda la vida. Seremos 15 personas y deberemos donar el alimento que compré por el mal cálculo.

Entonces ¿la red social falló?, pués no. Equivoqué la forma de comunicar mi evento. Es lógico que alguien que figura entre nuestros “amigos”, al ver la publicación hará “Like” en ella o dirá que asistirá. Recordemos que se mide todo en función de lo exitosos que seamos en las redes sociales, y cuando ese amigo postee alguna publicación, esperará ansioso que hagamos lo mismo con los que escriba. Claro, se trata de una red de amistad virtual. Somos amigos y somos seguidores pero es mutuo. Si no, no resulta.

Ahora bien, la comunicación en las redes sociales funciona de manera similar. Siempre gira en un círculo cerrado de afinidades con personas que piensan, actúan, y están de acuerdo básicamente con las mismas cosas en las que pienso yo. Si se sigue a un candidato, sus seguidores están en sintonía con él. Y todo lo que posteé, será del agrado de sus seguidores, sino, no lo siguen. Ojo, hay muchas críticas negativas también porque como medio de comunicación gratuito y libre, cualquiera puede decir lo que quiera. Ahora, ¿esto le hace bien al candidato, al estado, al político? Muchas veces no.

Se comenten muchos errores elementales en la comunicación para redes sociales. Porque siempre está el límite de si la red social es algo personal o algo institucional. Algunos usuarios suben fotos de actividades relacionadas a sus acciones de campaña y al mismo tiempo suben fotos de su familia acariciando a su mascota. Se mezcla el mensaje, y la gente, opina no solo de lo referente a la acción de campaña, sino también, sobre la mascota.

Llegamos entonces a comunicar realmente lo que queremos, o tenemos una ilusión de haberlo hecho. Claro que algunos con muchos seguidores tendrán mayor impacto. Pero también estarán al filo del escrutinio de cualquier opinólogo que lo único que hará es perjudicar el mensaje con descalificativos o agresiones de las cuales no nos podemos defender ya que la red es libre.

Entonces, la red social sirve para lo mediato, para la interacción con las personas, pero no puede convertirse en la única manera de comunicar acciones de estados, actos de campaña, proyectos, ideas, convocatorias. Debe ser un complemento a los diferentes medios de comunicación. Una campaña no se difunde únicamente por las redes sociales, se completa con la prensa escrita, la publicidad, la radio, la TV, los spots, las pegatinas, etc. Porque el público se deja abordar por el mensaje en diferentes ámbitos, reducir el mensaje a la red social es sectario, y limita la posibilidad que un “mensaje” debe tener.

En síntesis, las redes sociales son buenas como herramienta alternativa complementaria, pero no olvidemos, que en todas, te cobran para promocionar tus comentarios y hay miles de portales que por una módica suma de dinero, logran que tengas muchos “likes”, “seguidores” y “retuits”.

Nunca un medio de comunicación, opacó o sustituyó a un medio de comunicación pre-existente, sino que se fueron complementando. La radio no mató al cine, la TV no mató a la radio, la internet no destruyó a todos juntos, sino, que los asimiló. Evolución del mensaje y los medios, esa es la cuestión.

POLÍTICA COMUNICADA.COM

 

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