Desmontando mitos sobre la administración electrónica: “los pequeños no pueden”

En “Las 10 excusas más tontas para no transformar digitalmente la Administración“, la sexta era la siguiente:

6.- Muchos ayuntamientos pequeños no pueden abordarlo, por falta de medios. Decía la Ley 11/2007 que si el 31 de diciembre de 2009 no había “disponibilidades presupuestarias” la implantación de la Ley se podía demorar. ¿Cuánto tiempo? De momento ya han pasado 10 años desde aquella Ley, ya derogada por otra que impone con mucha mayor contundencia estas obligaciones (en 2015), precedida de otra que atribuye la competencia a las Diputaciones Provinciales (2013). Ante la ausencia de medios pidamos ayuda, porque las administraciones supramunicipales deben darla. No está nada mal, tampoco, el Catálogo de Servicios de la Administración Digital del Estado. Lo que es cierto es que la gestión interna del cambio es algo que nadie hará por usted (ver el vídeo que remata la presente entrada). Un Ayuntamiento pequeño tiene menos recursos, claro está, pero en la parte positiva tiene menos expedientes y mucha menor complejidad. La administración electrónica es barata, y además como hemos dicho se amortiza rápidamente. Muchas veces confundimos el “no poder” con el “no querer”. La administración electrónica tiene enemigos de mucho mayor calado que el coste de la inversión.

Dicho lo cual, y cambiando aparentemente de tercio… ¿Saben quien fue el ser humano más fuerte de la Historia?

Empezando por quienes no lo fueron, y precisamente desmontando mitos como reza el título de la entrada, debemos citar los siguientes:

Entre los homínidos prehistóricos mencionaremos dos especies increíblemente fuertes: los robustos neardentales, y los enormes gigantopitecos. De los primeros decir que su naturaleza física (menor estatura pero más volumen muscular y masa ósea) los convertía en verdaderos forzudos. Sobre los segundos, obviamente su tamaño les otorgaría una fuerza desmesurada, pues se estima que el Gigantopithecuspodría haber medido 3,05 m de altura, y pesado de 300 a 500 kg, 2 ó 3 veces el tamaño de un gorila, de modo que ya saben también de donde vienen los mitos del Bigfoot, el Yowie, el Wendigo o el Yeti.

Entre las leyendas griegas, y obviando a Dioses, Semidioses (Hércules, de existir, hubiera sido sin duda la persona más fuerte de la Historia) y hombres que muy probablemente no eran tan fuertes (como Milon de Crotona), durante años se consideró demostrada la existencia de gigantes, quienes podrían haber existido evidentemente en su modalidad de “personas muy altas” (piensen que alguien como los Gasol podría haber sido considerado un titán hace 2.500 años)… De entre estos gigantes, el mito que siempre nos ha parecido más fascinante es el de los cíclopes: enormes, increíblemente fuertes y con un solo ojo central. Y lo más inquietante es que los griegos creían firmemente en su existencia. Hoy en día sabemos lo que ocurrió… Cuando los primeros mercaderes griegos llegaron a las islas del Mediterráneo donde vivían mamuts enanos, éstos ya se habían extinguido. De hecho, los mamuts y los mastodontes se habían extinguido en todo el mundo, sobreviviendo sólo los elefantes actuales, lejos de Grecia. Sin embargo, los fósiles del mamut enano debieron haber sido descubiertos accidentalmente por los griegos. Una particularidad del cráneo de un elefante, mamut o mastodonte, es la gran abertura en la parte frontal de éste, por donde se proyectan los músculos de la probóscide o trompa. Como la trompa no posee huesos, es muy difícil para un ojo no experimentado el deducir, al ver el cráneo de un elefante, que éste poseía una trompa. Principalmente si se trata de un observador que nunca haya visto un elefante. Sin sus colmillos, el cráneo de un mamut es aún más parecido al de un ser humano. Y los colmillos se desprenden frecuentemente en la fosilización, de hecho, es más común encontrar un mamut o mastodonte sin sus colmillos que con éstos.

El cíclope Polifemo.

Así los griegos, que no conocían a los elefantes, al contemplar el cráneo sin colmillos de un mamut enano (que a pesar de ser de tamaño inferior a un mamut normal seguía teniendo un cráneo enorme) seguramente habrían pensado en un extraño ser de un único ojo, probablemente de aspecto humanoide y más grande que lo normal. De esta manera se habría originado el rumor de una raza de gigantes de un ojo que habitaban grutas en una isla del Mediterráneo, tal y como lo manifiesta Homero. (fuente de este inciso: sindioses.org)

Precisamente muy alto y fuerte fue Angus MacAskill, quien sin duda existió (1825-8 de agosto de 1863), lo cual no significa que todas las historias sobre su legendaria fuerza fueran ciertas. Fue conocido como el “verdadero gigante” más alto de la Historia, es decir el hombre más alto sin gigantismo. El libro de los records de 1981 lo reconoció como el hombre natural más alto (2,36 m) y el hombre más fuerte que haya existido, y el hombre no obeso con el mayor torso (2,13 m). Angus MacAskill nació en Escocia y se mudó con su familia a Nueva Escocia, Canadá, en 1830. De niño su estatura fue normal, pero en su adolescencia comenzó su crecimiento descomunal, y a los 21 años media 2,23 m. Su altura máxima de 2,36 la alcanza hacia los 23 años. Su peso era de 190 kg. MacAskill era conocido por sus demostraciones públicas de fuerza, citadas en la fuente Wikipedia pero no documentadas, entre las que se encuentran la de levantar un ancla de 1270 kg hasta la altura del pecho y la capacidad de llevar barriles de 135 kg por varios metros. Se dice que era capaz de levantar 50 kg con dos dedos y mantenerlo arriba durante diez minutos, algo que nadie puede hacer en la actualidad. Hay quienes dicen también que levantó un caballo varios centímetros sin mucho esfuerzo.

Si se fijan, todos los forzudos que hemos citado eran de grandes dimensiones. Sin embargo la persona real (y muy real) que sin duda puede ser considerada como la más fuerte de la Historia, con pruebas irrefutables, es un hombre de tamaño pequeño, casi enano: el haltera turco (aunque nacido búlgaro) Naim Süleymanoglu, quien por cierto ha fallecido hace muy poco a la temprana edad de 50 años.

No pasaba del 1,47 m, con unos 60 kg de peso, por lo que era conocido como el Hércules de bolsillo. Como recuerda la fuente El País, ganó tres medallas de oro en tres Juegos Olímpicos consecutivos. Es el único levantador de pesas que ha levantado su propio peso multiplicado por tres, más 10 kilos de propina. En 14 años de carrera deportiva, entre 1983 y 1996, Süleymanoğlu ganó, aparte de los oros olímpicos, siete campeonatos mundiales. Batió 51 récords del mundo. El más espectacular fue el de su debut olímpico en Seúl. En arrancada levantó 152,5 kilos y 190 kilos en dos tiempos, para un total nunca antes alcanzado en su categoría, con 342,5 kilos.

De modo que la próxima vez que piensen que los pequeños no pueden, recuerden al minúsculo Naim Süleymanoglu. Habrá quien no acepte la analogía y opine que esto no demuestra que un Ayuntamiento pequeño pueda ser potente. Tal vez. Pero lo que sí demuestra es que podría serlo, a través una buena gestión que equivaldría a la determinación del pequeño campeón olímpico. Y con ayuda, claro, como la tuvo el atleta de su entorno: entrenadores, Federación, familia… Que equivaldrían al Estado, las Diputaciones y demás. Pero en última instancia todo dependía de él, porque quien gana o pierde, quien consigue o no las cosas, es uno mismo. Nadie va a venir un día al Ayuntamiento a “montarnos” la administración electrónica. Nadie. Y es que ser pequeño puede ser un hándicap, pero nunca una excusa. Ánimo.

Anexo. Vídeo: Naim Süleymanoglu, el hombre más fuerte de la historia, ha fallecido
2 Comentarios
  1. En mi opinión, creo que es más sencillo tener administración electrónica en pequeños municipios que en grandes. Y creo que en grandes es más difícil de conseguir.-
    En los Ayuntamientos, la voluntad de una persona: secretario-interventor , pero también alcalde o concejal puede conseguirlo pues hay soluciones en el mercado para ello a precios competitivos.
    También están los ejemplos de algunas diputaciones: ÁVila, Segovia, Albacete, Cstellónque facilitan la prestación de este servicio. En municipios pequeños se ha avanzado mucho, aunque aún quede camino por recorrer.
    Lo Ayuntamiento más grandes, tienen el problema de las personas (más personas) y la gestión del cambio, así como egos, falta de departamentos preparados, de modernización y de planificación por lo que :
    1º.- Se necesita un equipo que lidere el poyecto
    2º.- La voluntad firme y convencida de hacer el cambio ¡¡ojo¡¡ de todos los actores. Al final en un pueblo pequeño si el secretario-interventor se encarga puede que al alcalde le de hasta igual. En un Ayuntamiento grande tienes que contar con los Jefes de Área, el equipo de gobierno casi al completo, y a las personas que deben ayudar a hacer realidad el proyecto liderado por un equipo. (el reto es mayor).

  2. «Nadie va a venir un día al Ayuntamiento a “montarnos” la administración electrónica. Nadie. Y es que ser pequeño puede ser un hándicap, pero nunca una excusa.»

    ¡Qué gran verdad! y cuántos impedimentos encontramos por el camino para poder aplicar con total garantía la administración electrónica. A la falta de personal y en ocasiones, la falta de motivación del empleado público, hay que unir el temor del Ayuntamiento a que el pequeño y mediano empresario, así como el ciudadano de a pie, no esté en posesión de los certificados necesarios para el cumplimiento de las notificaciones electrónicas.

    Todo pasa por embarcarse en el apasionado mundo de motivar a los funcionarios que prestan asistencia al ciudadano para que les muestren las bondades de la administración electrónica y que la ciudadania poco a poco descubra , a golpe de click, todas las posibilidades de la misma. ¡Ánimo!

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