El inquietante silogismo de la transparencia y la corrupción

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    Hola a todos. Antes que nada, gracias por comentar y perdón por el retraso a la hora de responder, pero he estado un poco liado.

    En primer lugar, decir que lamento no haber podido transmitir bien mi idea, pero no estoy diciendo que la corrupción tenga o no que ver que la transparencia, sino que limitar la lucha de la corrupción a la transparencia y a la responsabilidad ante las urnas es dejar en manos de los ciudadanos lo que corresponde a las instituciones judiciales y políticas.

    Por otro lado, el estudio que presenta Santiago muestra una relación interesante (transparencia y falta de corrupción), pero no veo tan clara que la relación sea de causalidad, sino de corvarianza. En este sentido, creo que como bien dice Ricard, la cuestión radica en la cultura política y judicial de ciudadanía e instituciones que se culmina en la normativa de la transparencia.

    Un saludo.

     

  2. Discrepo del planteamiento de esta entrada. Mi opinión, que se ha ido formando a partir de las noticias difundidas por los medios, es que la corrupción está fuertemente relacionada con la falta de transparencia. Quien desee verlo por sí mismo puede googlear lo siguiente:

    relación entre transparencia y corrupción

    Verá que todos los resultados iniciales (salvo el último) coinciden en esa tesis.

    Una simple correlación entre el factor ‘Irregular payments and bribes, 1-7 (best)’, donde el 7 significa que prácticamente no hay sobornos, del Índice Mundial de Competitividad de http://reports.weforum.org/global-competitiveness-report-2015-2016/downloads/, con el factor «Government efficiency» arroja un resultado de 0,87. Sabemos, además, que cuanto más eficaz y menos corrupto es un Gobierno (Dinamarca, Suecia, Noruega), más transparente es.

    Son muy frecuentes las noticias por las que el alcalde de un Ayuntamiento niega a la oposición datos sobre contratos que esta necesita para ejercer su labor. Cuando los tribunales obligan a ese alcalde a entregar los datos, normalmente se destapan irregularidades. Si se cumpliera la obligación de transparencia en ingresos, gastos y contratación, la corrupción no sería posible o estaría mucho más dificultada. 

  3. Comparto la filosofía de este interesante post. No obstante admitiendo la certeza de la tesis, más trasparencia no equivale a control ciudadano, creo que el concepto debser integrado en una estrategia más amplia. Primero, los conceptos de accountability y compliance deben permear la acción de los poderes públicos en aquello que aportan en valor. No se trata en mi opinión de legalidad, sino de legalidad proactiva o como compromiso. Es decir la infración de la legalidad se produce desde el momento en el que no se articulan los procesos y controles que definen condiciones de cumplimiento efectivo. Este simple cambio de filosofía «no se trata de que no te pillen» si no de poner las bases para que no puedas infringir.

    El segundo elemento es que la trasparencia es una noción instrumental, y las herramientas sólo se usan cuando se dan al menos dos circunstancias: saber usarlas y que sirvan para algo. Por tanto, es más importante la cultura de trasparencia que la propia trasparencia. En cuanto a la utilidad, la trasparencia aislada no sirve si no se acompaña de procesos participativos de gobierno colaborativo y si no se orienta a la rendición de cuentas.

  4. Muy interesante esta reflexión, basada no solo en tu intuición sino en tus análisis y «experimentos administrativos» que estás realizando. 

    Volviendo al ejemplo de las personas cirujanas y su descuido que puede salirle caro a pacientes. Si quienes toman decisiones claves tuvieran más humildad, más capacidad de escucha, fueran agradecidas con quienes están en otros niveles facilitando que ellas puedan decidir sobre la vida/muerte, salud/enfermedad… seguramente las cosas irían mejor que con tanta «prepotencia» y «postureo». No siempre es así. Afortunadamente hay personas amables, humildes, dispuestas a aprender y a asumir que no son perfectas y que cometen errores.

    Quizá ser consecuentes con lo que decimos/hacemos; quizá conocer y acatar reglas del juego que nos marcamos para que la vida en sociedad sea más llevadera sean elementos esenciales y primordiales que damos por hechos y que deberíamos tener muy presentes: definir nuestros propósitos (crear valor público), nuestros pactos y reglas del juego (normativa, reglamentos, protocolos, procedimientos), definir procesos de aprendizaje/evaluación permanente que nos ayuden a hacer/facilitar el trabajo para lograr el propósito común. 

    ¡Seguimos aprendiendo y compartiendo!

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