En el sector público los indicadores nos sirven para medir la gestión operativa del Estado y su impacto en la calidad de vida de la sociedad. Son una fuente de información objetiva y valiosa, a quien la ciudadanía puede recurrir si exige a los servidores públicos que rindan cuentas por sus acciones. Asimismo, los hallazgos facilitan un mejor desempeño al interior del gobierno, así como la optimización de los recursos públicos.
Un rasgo que los indicadores públicos comparten es la medición de una realidad compleja y cambiante. Por lo tanto, los hallazgos que estos proporcionan son un reflejo aproximado de los hechos y su dinámica. También se definen porque su insumo primordial es la información pública generada al interior del gobierno.
No obstante, en el contexto de la Agenda 2030, los indicadores públicos son eje clave para verificar su cumplimiento. Debido a que el insumo principal de los indicadores es la información pública, esta debe cumplir el estándar de datos abiertos y así facilitar a la ciudadanía su accesibilidad, comprensión y reutilización. Las plataformas de datos y visualización resultan útiles para este propósito, aunque son apenas una herramienta de lo que debe representar un sistema de Monitoreo y Evaluación (MyE).
Agenda 2030: cómo medimos su avance
Un enorme reto de los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible – Agenda 2030 es medir el cumplimiento de sus 169 metas. Esta labor demanda diseñar un sistema de MyE internacional y nacional-subnacional, ya que permitirá a los gobiernos saber qué están haciendo bien o mal y cómo mejorar el curso de las políticas.
Afortunadamente ya existen plataformas de datos y visualización creadas por organismos internacionales. Por ejemplo, aquellos del Banco Interamericano de Desarrollo (data.iadb.org); del Banco Mundial (data.worldbank.org); Organización para la cooperación y el Desarrollo Económicos (data.oecd.org); o Naciones Unidas (data.un.org). Estos permiten al público obtener información, aunque en pocos casos está es actualizada al último año o es comparable metodológicamente entre la mayoría de los países del mundo.
En lo que respecta a México, el gobierno federal ha habilitado un tablero público de seguimiento a la Agenda 2030 en el sitio http://agenda2030.mx/. La ventaja de esta herramienta es que desagregará información por estados y municipios. Brinda certeza que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía sea el órgano rector de la misma, aunque será necesaria la participación de los órganos generadores de información de las 32 entidades federativas.
Datos abiertos: formato y contenido
Los datos públicos son información generada a partir de registros administrativos, encuestas o censos, elaborados por órganos técnicos del Estado. Hoy en día es insuficiente transparentar estos datos en un sitio web. Es imprescindible que su formato cumpla con el estándar máximo de apertura, según la escala de Tim Berners-Lee, con el fin de facilitar su acceso, comprensión y utilización.
El movimiento por los datos públicos abiertos plasmado en la Carta Internacional de Datos Abiertos, (promovida por México en 2015) nos ha enseñado que el formato de la información importa tanto como su contenido. De poco sirve, por ejemplo, un archivo en PDF o Word del Presupuesto de Egresos de tal entidad, si las cifras no se pueden analizar ni comparar de forma estadística con otras entidades a través del tiempo.
De conformidad con el Decreto por el que se establece la regulación en materia de Datos Abiertos y la Guía de Implementación de la Política de Datos Abiertos se ha generado una plataforma de datos y visualización a nivel federal datos.gob.mx. Esta es apenas un paso en facilitar a la ciudadanía la información que el gobierno federal generan. Las entidades que han replicado estos sitios son Puebla, Estado de México, Jalisco, Zacatecas y Ciudad de México.
Hacia sistemas de Monitoreo y Evaluación
Además de crear plataformas de datos y visualización es pertinente que los gobiernos diseñen un sistema de Monitoreo y Evaluación. El rol de los indicadores en este sería medir la gestión operativa del Estado, informar a la ciudadanía los resultados y mejorar el desempeño gubernamental. Al menos las siguientes tres herramientas adicionales pueden contribuir a que los indicadores públicos cumplan efectivamente su rol.
- Base de datos única de indicadores estratégicos y de gestión.
- Fichas por indicador en versión ‘ciudadana’: léxico simple, gráficas y experiencia de usuario.
- Cadena de uso de los hallazgos para la mejora operativa y resolución de problemas sociales.
La experiencia de México en indicadores públicos y sistema de MyE a nivel federal es loable. Una práctica destacable es el Modelo Sintético de Información del Desempeño (MSD). Este ayuda a medir el desempeño de los programas federales con base en información de cinco variables, el ejercicio del gasto, calidad de la matriz de indicadores, resultados obtenidos en la evaluación externa, avance en los aspectos susceptibles de mejora y avance de recomendaciones sobre el padrón sobre beneficiarios.
El MSD cumple con las herramientas propuestas para un sistema de MyE, excepto las fichas por indicador en versión ciudadana. Un reto de los indicadores es traducir variables técnicas y fórmulas a una historia que pueda contarse al ciudadano promedio, que es inteligente, pero no especializado en estadística. Incluso, un paso adelante sería ‘contar historias’ con los hallazgos obtenidos.
Reflexiones finales
Un gobierno que cuenta con indicadores es un barco que conoce si está yendo conforme su ruta de navegación, pero uno que cuenta con un sistema de MyE sabe qué hacer cuando hay vientos en contra o a favor. De igual forma sucederá con la Agenda 2030 u otro instrumento de planeación. Si los gobiernos nacionales disponen de las plataformas tecnológicas al alcance del ciudadano, podrán rendir cuentas del cumplimiento de metas y mejorar su rumbo ante una eventual desviación.
La generación de datos abiertos es primordial, pues representan un insumo de los indicadores públicos. No se trata solamente de publicar datos porque es ley, sino de utilizarlos para resolver problemas sociales, o al menos, entenderlos mejor.
‘Estudiante del curso Indicadores para el Desarrollo del Banco Interamericano de Desarrollo: YzH2c1DjUS.