La Inteligencia Emocional: ¿se nace o se hace?

La gestión del cambio de nuestra administración no versa única y exclusivamente sobre la propia administración, nosotros mismos debemos estar dispuestos al cambio, ser conscientes que habrán deci747e14169855807c956cd9d8723d97b2siones que nos afectarán y, estemos o no de acuerdo con ellas, deberemos afrontarlas. Obviamente en el primer caso no se presentarán vicisitudes, no obstante en el caso que no estemos de acuerdo con los cambios que se proponen deberemos enfrentarnos a ellos con cierta inteligencia emocional, ya sea para demostrar que ese cambio no es el apropiado o bien por acabar acatando el mismo sin mostrar nuestros reparos.

La primera vez que oí hablar de inteligencia emocional no sabía a qué se refería exactamente, he de reconocer que mi ímpetu, temperamento, vehemencia… como quiera llamarse siempre se apodera (aunque cada vez menos) de mi persona, y siendo consciente de ello justifico mi comportamiento con la frase “soy así, es mi carácter, qué le voy a hacer?” Pensando que eso es innato en uno mismo y que es algo que no se puede cambiar… SORPRESA: Qué equivocada estaba!!! y si alguien piensa como yo pensaba, ojo al dato, hay que trabajar la inteligencia emocional! Otro de los cambios que estoy aprendiendo en el master de referencia que os he comentado tantas veces.

La inteligencia emocional es la capacidad de empatizar con nuestro interlocutor, intentar ponernos en su lugar y entender porqué dice o hace determinadas prácticas/cuestiones así como la capacidad de controlar nuestros impulsos y comportamiento a la hora de relacionarnos con otros individuos. Como es algo que yo aún no controlo del todo, no os puedo contar mucho desde la práctica. Sí reconoceros que estoy en ello y que poco a poco me doy cuenta de como voy interiorizando este nuevo concepto. A ver si algún día lo tengo controlado al 100% y puedo hacer una entrada eminentemente práctica. De momento me conformo con poneros ejemplos de referencia para que quién quiera empezar con esto sepa por donde.

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El padre de la inteligencia emocional, autor de los libros de cabecera que debemos tener para empezar la inmersión en este tema es Daniel Goleman y su libro “ La inteligencia emocional”, si bien este libro es más bien teórico, con posterioridad hizo la segunda versión más práctica y más recomendable para los que no somos muy psicológicos “La práctica de la inteligencia emocional”. Daniel tiene un capítulo en el primer libro citado titulado “Cuando el listo es tonto” en el que expone que un estudiante de segundo de bachillerato, obsesionado con sacar buenas notas para tener un currículum de éxito e ingresar en la facultad de medicina obtuvo un notable en alto en la asignatura de física y ni corto ni perezoso cogió un cuchillo y se lo clavó en la clavícula al profesor. En el juicio fue declarado inocente por estar sumido en un estado psicótico. La conclusión, como se ha demostrado, es que la inteligencia académica poco tiene que ver con la vida emocional. Cuestión que quedó patente en los años 40 cuando se llevó a cabo un seguimiento durante varios años de duración sobre 95 alumnos de una universidad y se demostró que quienes habían obtenido las calificaciones universitarias más elevadas no habían alcanzado un éxito laboral comparativamente superior a los compañeros que habían alcanzado una calificación inferior ni tampoco habían conseguido ser más felices en la vida. Alumnos que habían tenido un expediente académico no tan brillante pero que eran capaces de desenvolverse con soltura habían llegado a ocupar cargos directivos en empresas multinacionales muy importantes, y viceversa, alumnos con excelente currículum académico pero con poco don de gentes, tímidos, que no habían desarrollado su inteligencia emocional seguían siendo buenos estudiosos pero no alcanzaban el reconocimiento profesional que pudiesen haber merecido si hubiesen sabido “venderse/relacionarse” de alguna manera.

Dejando a un lado a Goleman, el liderazgo implica inexorablemente tener una gran inteligencia emocional, por lo que otra bibliografía a recomendar es la siguiente; “Líder de 360º” de John C. Maxwell y “Los 7 Hábitos de la gente altamente efectiva.” de Stephen R. Covey con su Cuaderno de trabajo, que es un complemento práctico del libro original.

Y no puedo acabar esta entrada sin recomendaros a los que tenéis hijosTriple Focus” de Daniel Goleman y PUnknowneter M. Senge, aplicación a los niños del libro de Inteligencia Emocional de Goleman; “Los 7 hábitos de los niños felices” y “Los 7 hábitos de los adolescentes altamente efectivos”, escritos por Sean Covey, hijo de Stephen Covey, y basados en el bestseller de su padre enfocado en este caso a los niños y a los adolescentes, así como “Educar con Inteligencia Emocional” de Maurice J. Elias, Steven E. Tobias y Brian S. Friedlander, los autores explican como aplicar los principios de Goleman a la educación de los niños, y todo ello puesto que como se ha demostrado por los científicos que la Inteligencia emocional se hace… ¿por qué no empezar educando a nuestros hijos desde pequeños?

Si no eres de los que ha ido educando su inteligencia emocional, te recuerdo que nunca es tarde si la dicha es buena, ahí ando yo, así que para poder llevar a cabo el cambio administrativo que nos ocupa deberemos superar muchos obstáculos a lo largo del camino, y para ello mejor tomárselo con calma y aprender a superarlos con optimismo y con inteligencia emocional que no dar media vuelta o quedarse mirando el problema con temor a no poder afrontarlo o superarlo.

A modo de CONCLUSIÓN os dejo la siguiente cita La inteligencia emocional te llevará al éxito en la vida, más allá de tu coeficiente intelectual” de Alegría, en la película DEL REVES, de Pixar.

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