Escuelas para el empoderamiento de las mujeres

Igualdad de Género’s Docs Escuelas para el empoderamiento de las mujeres

Por “empoderamiento”, podemos entender un proceso por el cual las personas fortalecen sus capacidades, visión, protagonismo e influencia como grupo social para impulsar cambios y mejoras en relación a sus condiciones de vida y a su posición. Ello da cuenta de que el concepto y la estrategia del “empoderamiento” es aplicable a todos los colectivos que viven en situación o riesgo de vulnerabilidad, y no solo está referido a las mujeres.

 No obstante, en tanto en esta ocasión nos ocupa la desigualdad de género, podríamos situar el origen de la estrategia del empoderamiento de las mujeres en las propuestas realizadas en 1985 por DAWN (Red de grupos de mujeres e investigadoras del Sur y del Norte) y en la III Conferencia Mundial sobre la Mujer de las Naciones Unidas (Nairobi, 1985), logrando un mayor desarrollo y consolidación como estrategia, por parte de la comunidad internacional, en la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing, 1995).

En cuanto al empoderamiento de las mujeres, desde el feminismo se considera que alude a un proceso de toma de conciencia individual de los propios derechos, capacidades e intereses de las mujeres, y de cómo estos se relacionan con los intereses de otras mujeres, con el fin de participar desde una posición más sólida en la deconstrucción del patriarcado y en la construcción de una sociedad igualitaria. Y así, en el empoderamiento es de vital importancia su dimensión colectiva, por entender que permitirá avanzar a las mujeres en la mejora de sus condiciones de vida y de su posición.

En definitiva, el empoderamiento sería una estrategia encaminada al incremento de poder por parte de las mujeres; a la mejora en el acceso, uso y control de los derechos, de los recursos y de la toma de decisiones; así como a la mejora en la participación e influencia en el cambio social.

En el marco de esta estrategia del empoderamiento, el Movimiento Feminista históricamente viene generando la construcción de espacios y grupos de mujeres para el encuentro, intercambio, reflexión y aprendizaje, y para el fortalecimiento, tanto personal como colectivo. Estos espacios, en ocasiones, se han venido en denominar “Escuelas para el empoderamiento de las mujeres” y podemos observar su existencia no solo en el seno del Movimiento Feminista y otras asociaciones implicadas, sino también en grupos políticos y sindicatos; en torno a mujeres con responsabilidad política, institucional o profesional; o impulsadas también desde las municipalidades, ayuntamientos u otras instituciones. Las Escuelas dirigen principalmente su actuación a las mujeres, pero en ocasiones también llevan a cabo actividades dirigidas a la ciudadanía en general, así como a los hombres en particular para la deconstrucción de la masculinidad hegemónica y su implicación en la igualdad.

Algunas de estas Escuelas disponen de un espacio físico propio donde desarrollar su actividad y otras, sin embargo, se valen de uno o más espacios que no son propios de la Escuela.

Vistas así las cosas, no parece fácil encontrar una definición que pueda servir para todas las experiencias existentes, pero sí podemos observar objetivos y características que les pueden ser comunes.

  • Por un lado, se trata de espacios y/o procesos de trabajo en donde las mujeres reflexionan e intercambian pensamiento y conocimiento sobre el feminismo o sobre otros contenidos, pero siempre desde una mirada feminista, además de capacitarse y formarse, lo cual revierte en su proceso de toma de conciencia de género, tanto a nivel individual como grupal. Ello permite una mejora en la posición de las mujeres para su participación e influencia en las políticas para la igualdad y en las políticas públicas en general, así como en la vida sociopolítica de su ciudad, pueblo o comunidad.
  • Por otro lado, las Escuelas también facilitan el encuentro y conocimiento personal y colectivo, ayudando a la creación de redes entre mujeres y/o grupos de mujeres, fortaleciendo las asociaciones ya existentes, o facilitando la creación de otras nuevas. No olvidemos, por otra parte, que muchas mujeres no están organizadas, por lo que las Escuelas también se erigen en espacios de trabajo de las mujeres no asociadas.

El proceso de empoderamiento personal y colectivo que pretenden las Escuelas requiere, necesariamente, que las mismas sean también espacios de participación de las mujeres y de sus organizaciones (y, en su caso, también de los hombres), en el sentido de participar en la elaboración de planteamientos y criterios, en el seguimiento y valoración, en la propuesta de actuaciones y/o en la implicación de su desarrollo, etc.

 También es preciso poner de manifiesto que, en el caso de que desarrollen también una actividad dirigida a la ciudadanía, las Escuelas son importantes herramientas para la sensibilización e implicación ciudadana en general, y de los hombres en particular, en el feminismo y la igualdad.

 Su actividad es variada tanto en contenidos -aunque siempre relacionados con el feminismo y la igualdad-, como en formatos de trabajo (conferencias, exposiciones, talleres, cine y teatro, clubes de lectura, etc.), procurando ofrecer horarios y duración de las actividades  en función de las necesidades e intereses de las personas a las que van dirigidas, así como servicios de custodia de menores u otras medidas, como Intérprete de lengua de signos o servicios de traducción, que faciliten el acceso y la participación del conjunto de las mujeres, como así pretenden las Escuelas.

Referencias

Discusión (0)

No hay comentarios para este documento aún.

Los comentarios de la entrada se ha desactivado en este documento.

Licencia Creative Commons Red Social NovaGob, (cc) 2021.

Inicia Sesión con tu Usuario y Contraseña

o    

¿Olvidó sus datos?

Create Account